Caravaggio (1571-1610): un genio maldito.

Caravaggio, Baco enfermo, 1593-94, óleo sobre lienzo, Galería Borghese, Roma. Se trata posiblemente de un autorretrato del artista durante su internamiento en un hospital como consecuencia de las herídas sufridas tras recibir la coz de un caballo.

Artista enigmático, de biografía intensa como su pintura, genio de los pinceles y de la luz, es sin lugar a dudas uno de mis pintores favoritos. Nacido en el convulso año de 1571, misma fecha de la batalla de Lepanto, en la ciudad lombarda de Caravaggio, a la edad de 13 años entró como aprendiz en el taller del pintor milanés Simón Peterzano.

 Caravaggio, Cesto de frutas, 1596, óleo sobre lienzo, Pinacoteca Ambrosiana, Milán. Se trata de una de los primeros bodegones del barroco, tratado como un género autónomo.

En estos años de formación ya se vio envuelto en acusaciones de agresión ante la justicia, mientras su madre enferma. Ante los difíciles momentos que atravesaba, decidió poner rumbo a Roma, donde encontró asilo junto con su protector el cardenal Pandolfo Pucci di Recanti. Pucci le puso en contacto con la familia Aldobrandini, entró en contacto con el poderoso Caballero de Arpino que le abrió las puertas de clientes más importantes, especialmente uno que marcará un punto de inflexión en su carrera, se trata del representante en la Santa Sede de la familia Médici, el cardenal Franceso del Monte.

 Caravaggio, Judith cortando la cabeza de Holofernes, 1599, óleo sobre lienzo, Galleria Nazionale d´Arte Antica, Palazzo Barberini.

Del Monte era miembro de la élite intelectual romana. Sus intereses abarcaban la pintura, la literatura, la música, etc. Tal fue su apuesta por el pintor lombardo que pasó a vivir en su residencia, el Palacio Madama, a partir de 1595 y hasta 1600. Gracias al cardenal no solo entró en contacto con importantes clientes como los Giuliani, los Mattei o los Crescenza, sino que consiguió sus primeros encargos públicos de importancia. Además sus obras se iban cargando de una densidad intelectual fruto de las inquietudes del cardenal. Así sus cuadros de medio formato, con escenas de género, introducían distintos estratos de significación a modo de referencias líricas o alegóricas tras el velo de su realismo obsesivo.

Caravagio, La vocación de san Mateo, Capilla Contarelli, 1599-1600, óleo sobre lienzo, San Luigi dei Francesi, Roma.

El primer gran encargo fue la realización de los magníficos lienzos de la vida de san Mateo para la Capilla Contarelli, en la iglesia romana de san Luis de los Franceses. Supuso abordar grandes composiciones de escenas de historia para un comitente vinculado directamente con el rey Erique IV de Francia. Muestra un estilo más maduro en el que la composición, ausente de fondo, capta el momento crucial de la narración, a modo de instantánea, con unos fuertes contrastes lumínicos que, por un lado, acentúa el dramatismo de lo que se cuenta y actúa como presencia divina en el cuadro (influencia de la metafísica de la luz de Platón o san Agustín: Dios es la luz). Su intención no es suavizar las figuras, sino mostrar los acontecimientos sagrados ante los ojos del espectador con el mayor grado de realismo posible.

 

Caravaggio, La dormición de la Virgen, 1605-1606, óleo sobre lienzo, Museo del Louvre, París. Encargo en 1601 para la Iglesia de Santa Maria della Scala de Roma, la pintura fue rechazada por los monjes que la encontraron indigna de su iglesia, sieno sustituida por un cuadro que trataba el mismo asunto pero pintado por Carlo Saraceni.

Caravaggio comienza a recibir encargos de importancia gracias al éxito de su primer encargo de importancia. Pero los comitentes pronto le criticaron los atentados contra el decoro que se producían en sus obras. Usaba como modelos a prostitutas, delincuentes, mendigos, en definitiva, los personajes de esos bajos fondos romanos con los que el pintor se sentía tan cómodo e identificado. Pese al rechazo que sufría en concursos y encargos eclesiásticos, sus obras era rápidamente compradas por coleccionistas privados, como el mismísimo Rubens, que adquirió su Dormición de la Virgen.

El éxito alcanzado no hizo recapacitar a Caravaggio sobre su vida licenciosa. Seguía frecuentando el mundo del hampa romano, lo que provocó no pocos encuentros con la justicia. Todo ello hizo que a principios del siglo XVII decidiera abandonar Roma para evitar la sentencia a muerte resultado de su carácter iracundo. Nuevamente fueron sus protectores los que consiguieron salvar al artista.

Caravaggio, Las siete obras de misericordia, 1607, óleo sobre lienzo, Chiesa del Pio Monte della Misercordia, Nápoles.

A partir de entonces comienza un periplo que le llevará a trabajar para los Colli Albani en Nápoles, donde marcó la carrera del español José de Ribera, y posteriormente a Malta en busca de encargos de mayor importancia para un pintor de éxito como era Caravaggio. Pero su carácter y su pasado seguían pesiguiéndole alla donde fuera, y las noticias de sus fechorías llegaros a oídos de los caballeros de la orden de Malta. Caravaggio se vio obligado a huir de la isla buscando protección en Sicilia primero, donde siguió dando muestra de su difícil personalidad, para terminar nuevamente en Nápoles, que formaba parte del virreinato español y, por lo tanto, quedaba fuera de la jurisdicción romana. Pero en su interior buscaba incansable el perdón del papa para satisfacer su profundo deseo de volver a la ciudad eterna. Para su desgracia, la muerte le encontró mucho antes en la playa de Porto Ercole, a escasos kilómetros de Roma, afectado probablemente por pulmonía o disentería, muriendo a la edad de 39 años.