martes, 11 de noviembre de 2014

Dibujos españoles en la Hamburger Kunsthalle: Cano, Murillo y Goya




GOYA, Francisco de. El príncipe Baltasar Carlos, cazador. Sanguina sobre dibujo preliminar, líneas de enmarque a grafito y sanguina, 268 x 156 mm, 1778 - 1779. Hamburgo, Hamburger Kunsthalle, Kupferstichkabinett © Hamburger, Kunsthalle / bpk, Foto: Christoph Irrgang


La exposición Dibujos españoles en la Hamburger Kunsthalle: Cano, Murillo y Goya, del 30 de octubre al 8 de febrero de 2015, ofrece la oportunidad de apreciar una de las mejores colecciones de dibujos de grandes maestros de la escuela española fuera de nuestras fronteras. 

MURILLO, Bartolomé Esteban. Asunción de la Virgen. Lápiz negro, pluma y aguada de tinta castaña y toques de aguada gris, 216 x 198 mm, h. 1665 - 1668. Hamburg, Hamburger Kunsthalle, Kupferstichkabinett © Hamburger Kunsthalle / bpk, Foto: Christoph Irrgang

José Manuel Matilla, Jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del Museo, y comisario de la muestra, explica cómo ésta forma parte de un proyecto que el Museo del Prado lleva desarrollando desde hace unos años: acercar al público mediante exposiciones temporales algunas de las mejores y más selectas colecciones de dibujo español conservadas fuera de nuestras fronteras; tal fue el caso de la dedicada a la de la Hispanic Society o la que pudimos disfrutar el pasado 2013 del British Museum. El ciclo se cierra con la colección del Hamburger Kunsthalle, que forma parte de un gran conjunto adquirido a finales del XIX en Londres (a su vez formaban parte de las obras atesoradas por coleccionistas ingleses en la España del XIX).

En su amplia mayoría, son obras que formaban parte del material de trabajo de los alumnos que asistían a la academia de fundada por Murillo, Valdés Leal y Herrera el Joven en el XVII. Por lo tanto, son instrumento y herramienta de aprendizaje de nuevos creadores, que posteriormente fueron también utilizados en la academia sevillana fundada bajo patronazgo real en la Sevilla del siglo XVIII.

DEL CASTILLO Y SAAVEDRA, Antonio. David y Goliat. Sanguina, 293 x 192 mm, 1646 - 1655. Hamburg, Hamburger Kunsthalle, Kupferstichkabinett © Hamburger Kunsthalle / bpk, Foto: Christoph Irrgang

La muestra reúne también obras de artistas no estrictamente sevillanos, pero si en la orbita de los anteriores como son Antonio del Castillo o Alonso Cano. En el caso de Del Castillo y Saavedra, se aprecia cómo sus obras reivindican su autoría material e intelectual mediante las inscripciones de su puño y letra; se trata de una pugna que mantenía con otros creadores que trabajaban asuntos similares. Se aprecia cómo el orgullo de los pintores empieza a cobrar importancia también en la propia obra.

El intervalo creativo que abarcan estos dibujos va desde los trazos destinados al aprendizaje de las formas y estilo de otros artistas, mediante la copia de obras de maestros, pasando por los  pequeños detalles a modo de estudios singularizados de determinados aspectos, que entrañan notable complejidad, hasta composiciones muy acabadas previas a su traslado definitivo al lienzo.

En este conjunto los dibujos de Goya tienen una posición de honor, constituyen un epílogo extraordinario, de excepcional en calidad y eje central de la muestra, que pertenecieron al erudito y coleccionista de la España del XVIII Juan Agustín Ceán Bermúdez: son los dibujos preparatorios para los aguafuertes de la colección de obras de Velázquez que se conservan en el Prado. Son obras que Goya comenzó a vender en forma de estampas en 1778 con objeto de difundir en Europa la Colección Real española desde su interpretación de las obras de Velázquez, a las que inevitablemente imprime su sello creador.

En definitiva veremos el trabajo en las academias, un recorrido por la escuela sevillana del XVII y una muestra (a modo de exposición dentro de la exposición) de lo más destacado de Goya; todas las piezas muy relacionadas con los que el visitante podrá ver en las salas de la colección permanente del Prado, la culminación perfecta de la visita.

No me cansaré de recomendar una y otra vez las muestras que reúnen este tipo de obras, pues son una gran oportunidad de acercarse a facetas más íntimas del proceso creativo de los artistas. Obras preparatorias que en la mayoría de los casos no estaban destinadas a ser vistas por el público, sino que eran una herramienta para la formación de jóvenes alumnos que se empezaban a forman en las Bellas Artes; por lo tanto, harán las delicias de todos aquellos aficionados a dibujar o tomar apuntes cada vez que se acercan a un museo.

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