Pitágoras de Reggio, El Auriga de Delfos, 478-474 a.C., bronce, Museo Arqueológico
de Delfos, Grecia.
Nos encontramos ante uno de los
escasos ejemplos, y probablemente el más conocidos, de las esculturas en bronce griegas. Se
trata de una obra procedente de donaciones de los tiranos en santuarios
panhelénicos, como Olimpia. En este caso hablamos de Delfos, famoso lugar de la
Antigüedad en el que se encontraba el oráculo, dentro de un templo vinculado al
dios Apolo.
Reconstrucción ideal del santuario panhelénico de Delfos, Grecia.
Los tiranos de Sicilia, colonia
de gran importancia y uno de los centros de promoción de las artes y
construcción de destacados edificios de la Magna Grecia, acudían a realizar
sus exvotos a los mencionados santuarios panhelénicos. Estos tiranos que se
dieron en las ciudades de Sicilia ofrecieron diversas ofrendas en Delfos, la
más célebre es el Auriga de Delfos. Esta figura se entiende como un elemento
masculino de un grupo formado por un auriga, una cuadriga, caballos y
personajes a pie. Este auriga de Delfos, del año 478-474 a.C. , es una ofrenda
de uno de los tiranos de Gela (Sicilia), por haber ganado la carrera de
carros de los juegos píticos que se celebraban en esta época.
Reconstrucción del grupo completo, con los restos de los bronces
encontrados.
Los Juegos Píticos estaban
dedicados a Apolo y se celebraban en Delfos. Eran una celebración lúdica y
sagrada de carácter panhelénico, es decir, juegos en los que participaban todos
los pueblos de la antigua Grecia. El premio, además de la eterna gloria entre
hombres y dioses, era la codiciada corona de laurel (árbol que representa a
Apolo por la transformación de la ninfa Dafne).
Como mencionaba al comienzo de
este post, se han conservado muy pocos bronces de época arcaica y proto-clásica,
como es el auriga, y menos figuras enteras, porque era un material que a partir
de época romana y de la tardía antigüedad fueron fundidos para hacer otras
nuevas. A demás de que han llegado pocos bronces (son más comunes las
esculturas en mármol), en su mayoría proceden de yacimientos subacuáticos, por
desplazamiento de esos bronces a los lugares donde serían expuestas (como el
conocido Poseidón del Museo Arqueológico de Atenas).
Detalle de la cabeza del Auriga.
El Auriga fue realizado en una
ciudad siciliana cercana a Gela, en un taller suritálico, posiblemente
realizado por un escultor llamado Pitágoras de Reggio, el escultor del rythmos anterior a Mirón, es decir, de esa
idea de postura que implica movimiento. Es un momento de transición en el que
las figuras empiezan a expresar un sentimiento interno, esculturas del llamado
estilo severo, comedido y de rasgos sintéticos, de pliegues anchos que refleja
esa espiritualidad y economía de rasgos. Todas esas características del ethos, del carácter, esa arethé, esa excelencia del noble, es lo
que se refleja a través de esa postura y gestos comedidos.
Destacan los magníficos pliegues
recogidos en manga y cintura, con riendas en la mano; una tendencia a la representación
de elementos geométricos como vemos en el cráneo, muy esférico, con los cabellos
pegados, y con la cinta de la victoria en la frente, con incrustaciones en
plata (perdidas aunque se conservan los huecos); los ojos son incrustados, las
pestañas de bronces; el rostro es severo y circunspecto, en pos de reflejar ese
ethos del personaje “ejemplificante”
ante el pueblo, pero humilde ante los dioses. En definitiva una rica escultura
y un importantísimo hallazgo que sin duda ocupa un lugar de honor en la
historia de la escultura.
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