miércoles, 20 de noviembre de 2013

Historia de una fotografía: Miliciano abatido en Cerro Muriano de Robert Capa.

Robert Capa, Muerte de un miliciano republicano. 1936 (5 de septiembre) / Copia póstuma, 1998. Museo Centro de Arte Reina Sofía.

Un día como el de hoy, en el que la sensibilidad política está a flor de piel en nuestro país, saco a colación una de las imágenes más famosas de la Guerra Civil.


Robert Capa (Budapest, 1913 - Thai Binh, Vietnam, 1954), pseudónimo de André Ernö Friedmann, adquirió su merecida fama como fotógrafo de guerra gracias a su labor en la Guerra Civil española (tal y como reconoció en 1938 la revista Picture Post (num. 10, 3 diciembre). Judío antifascista, procomunista, exiliado voluntario como reportero gráfico y foto periodista en uno de los conflictos más sangrientos y dolorosos del siglo XX, toma partido en el bando republicano dedicándose en cuerpo y alma a retratar el dinamismo y la crudeza de la guerra desde la vanguardia.

El primer conflicto armado fotografiado fue la guerra de Crimea entre 1854-56 (sin contar las imágenes captadas en la Independencia de México), pero debido a la fragilidad de los equipos y las necesidades del tiempo de exposición, sólo permitieron captar campos de batalla desolados y las consecuencias del paso de los ejércitos. En la Guerra Civil española el foto periodismo cobra otra dimensión. Un nutrido grupo de fotógrafos nacionales y foráneos satisfacía la demanda de imágenes de uno y otro bando que reclamaban los medios de comunicación de todo el mundo. Este interés creciente se debe en parte al ascenso del nacional socialismo representado en la figura de Hitler, siendo nuestra guerra un campo de pruebas de lo que supondrá la gran batalla entre los fascismos y las democracias, la Segunda Guerra Mundial.

Este tipo de fotógrafos estaban hechos de otra pasta. Su deseo de captar instantáneas impactantes y dinámicas del conflicto les llevo a arriesgar su propia vida. Un claro ejemplo de ello fue Gerda Taro (1910-1937), gran fotógrafa y amante de Robert Capa, que murió arrollada por un tanque en la Batalla de Brunete (1937).

Retomando la historia de esta fotografía, pasemos a relatar cómo sucedieron los acontecimientos. En 1935 Robert Capa se encontraba fotografiando la Semana Santa sevillana. Cuando estalla el conflicto, rápidamente comienza a fotografiar los sucesos más impactantes de la guerra. Sus instantáneas se publicaron en revistas tan prestigiosas como Vu o Life. Pero será el 5 de septiembre de 1936, en Córdoba, en el cerro Muriano (donde captó la imagen de la muerte del miliciano alcoyano Federico Borrell), cuando su carrera llegó a un punto de no retorno. Es la fotografía que le dio la fama mundial de la que goza hoy día y que se convirtió en el símbolo desgarrador del conflicto español.

A finales de agosto de 1936, Robert Capa y Gerda Taro, después de recorrer cientos de kilómetros desde Barcelona con dirección a Huesca y Zaragoza en busca de la acción en primera línea de guerra, recibieron una información que les alertaba de un inminente gran ataque del gobierno republicano sobre las tropas franquistas en Córdoba.  

En la mañana del 5 de septiembre Capa y Gerda fueron testigos de los bombardeos sobre Cerro Muriano y de la huida, con lo puesto, de los aldeanos y campesinos que allí se encontraban. Capa decidió unirse esa misma tarde a un grupo de milicianos procedentes de Alcoy. Fue entonces cuando, de manera involuntaria y totalmente casual, consiguió tomar la fotografía de su vida a costa de la muerte del alicantino Federico Borrell.

A partir de entonces la polémica ha sido la compañera inseparable de esta imagen. Casi desde su realización surgieron voces que dudaban de la veracidad de la misma, a lo que Capa no dudo en responder en una entrevista concedida al New York World-Telegram el 2 de septiembre de 1937, casi cumplido el primer aniversario de la instantánea:

No hace falta recurrir a trucos para hacer fotos en España. No tienes que hacer posar a nadie ante la cámara. Las fotos están allí, esperando a que las hagas. La verdad es la mejor fotografía, la mejor propaganda.

Pero lejos de terminarse el debate con las declaraciones del fotógrafo, este no hizo más que avivar las llamas. Pasados más de setenta años, el 17 de julio de 2009, el diario El Periódico, como resultado de las jornadas realizadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en torno a Capa, afirmaba que la instantánea era una fabricación por parte de un jovencísimo Capa de 22 años. Parece que de su análisis se desvela que la imagen se captó a 50 km. del cerro Muriano, en Las Dehesillas (os dejo el enlace al final de esta entrada para los que quieran leer el editorial), justo lo contrario de lo afirmado por el biógrafo de Capa, Richard Whelan (Robert Capa: a Biography. Nueva York, 1985).

Llegados a este punto podemos seguir citanto a historiadores de uno y otro bando que se enzarzan en su guerra particular por "certificar", a su manera, esta imagen o echarla por tierra. Parece que nos cuesta aprender las lecciones que nos da la historia ¿no es acaso más importante lo que esta imagen simboliza? ¿creeis que este debate es producto de intereses políticos y heridas que no terminan de cicratizar?  ¿qué opináis vosotros?

2 comentarios:

  1. Por favor, vean el documental "La Sombra del Iceberg". Un buen trabajo sobre la fotografia del miliciano de Cerro Murriano. Sea como sea no deja indiferente.

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  2. Muchas gracias por tu comentario y por una recomendación tan interesante. Un saludo.

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