Mi cuaderno de dibujo

La entrada de hoy versara sobre una afición que tengo desde pequeño: el dibujo. Al hilo del anterior post, en el que hablaba de la exposición de cuadernos de viaje del Prado, quiero compartir con todos vosotros algunos dibujos y acuarelas de mi cuaderno de viajes particular. Ni he estudiado Bellas Artes (un deseo que cumpliré en unos añitos) ni pretendo compararme con José del Castillo, Maella ni muchísimo menos con Goya, solamente me apetecía sacar a la luz algunos dibujos que me traen muy buenos recuerdos pero que rara vez he mostrado en público. Momentos en los que aprovecho para la reflexión, para  admirar obras que me gustaría tener grabadas en la retina y poder paladear los pequeños placeres de la vida, como estas escapadas que tanto nos cargan las pilas. Así que me lanzo y me expongo en mi blog con una entrada dedicada a mis historias. 

Un saludo a todos y gracias por vuestro tiempo!!!!

Esta imagen es muy probable que os suene, se trata de un arco del claustro bajo de San Juan de los Reyes, en Toledo. Era un día de agosto de este 2013, uno de esos días veraniegos típicamente toledanos en los que el mercurio facilmente llega a los 40 grados. Lo que me gustó de mi visita era la paz y tranquilidad que se respiraba en el interior (normal, pues ya me diréis quién se atreve a salir a la calle con esas temperaturas a la hora de comer!!)

Esta acuarela la realicé una bonita mañana de julio de 2013 en los maravillosos jardines de la Fundación Calouste Gulbenkian,  Lisboa. La colección del museo es sencillamente espectacular, desde las alfombras persas, los típicos azulejos portugueses mezclados con obras orientales y cerámica islámica, hasta una selección de obras de arte occidental que incluye la famosa Atenea de Rembrandt, casi nada! (dentro de poco dedicaré una entrada a este museo y al Museo de Arte Antigua de Lisboa, ya vereis que dos joyitas del país vecino).

En esta imagen,  un dibujo del Castillo Sforza de Milán, realizado en julio de 2012. La verdad que el contenido en sí me decepcionó un poco. Uno va con la cabeza llena de historias de Da Vinci y su relación con los Sforza, pero se encuentra con un interior más bien neutro, fruto de sucesivas restauraciones e intervenciones. Aún así no se puede negar que la arquitectura, lo que pervive de la fortaleza, resulta impresionante. Si juntas eso con el hecho de que tenía los pies destrozados, creo que fue un gran regalo poder parar, descansar y dibujar un ratito.

Este caso realicé un pequeño y rápido esbozo que pretende captar el contraste de luces y sombras de un torso de Porus, romano del sec. I a.C.-I d.C. de la colección de la Fundación Calouste Gulbenkian,  Lisboa.

Puede que este dibujo no esté muy logrado, pero es fruto de asistir a un concierto de piano (gratuito) de música de vanguardia en el patio interior del Palacio Strozzi, en Florencia. ¿Qué podría esperarse de tanta música atonal? No quiero parecer un rancio ni nada por el estilo, pero es que necesitaba una vuelta al orden! jejeje. A propósito, de vez en cuando también hablaré de arte contemporáneo.

Nuevamente desde Lisboa, esta vez en un bonito y pequeño jardín en el Bario Alto desde el que se disfrutaban unas espectaculares vistas de la ciudad.

  

Para terminar daros las gracias a todos los que habéis leído esta entrada hasta el fina. Aquí os dejo uno de mis últimos dibujos, la Plaza do Comercio de Lisboa. Un lugar estupendo para ver la vida pasar en esta decadente pero fascinante capital europea a la que espero volver algún día!!!