miércoles, 22 de enero de 2014

Las Furias. De Tiziano a Ribera. 21 de enero de 2014 a 4 de mayo de 2014. Museo Nacional del Prado.




Pedro Pablo Rubens y Frans Snyders. Prometeo encadenado, 1611-18, óleo sobre lienzo, Philadelphia Museum of Art, Adquirida con el W. P. Wilstach Fund, 1950.

Ayer se inauguró una de las exposiciones más interesantes de este año que podremos ver en el Museo del Prado. Además esta tarde he podido asistir a la conferencia impartida por el comisario de la muestra Miguel Falomir (jefe del departamento de pintura italiana y francesa del Museo y autor del catálogo que la acompañará), que compartiré con vosotros en esta entrada.



La exhibición es un pequeño pero intenso recorrido desde Renacimiento al Barroco con el asunto de las Furias como hilo conductor y nexo artístico. Ilustran el nacimiento, auge y ocaso de un tema mitológico fundamental en la historia del arte occidental a través de una veintena de obras de artistas italianos, flamencos, holandeses y españoles, entre los que figuran Tiziano, Miguel Ángel, Cornelis van Haarlem, Rubens, Ribera, Salvator Rossa o Langhetti. Pero ¿Qué entendemos por Furia?

Según la RAE, el significado de Furia es:

furia.
(Del lat. furĭa).
1. f. Ira exaltada.
2. f. Acceso de demencia.
3. f. Persona muy irritada y colérica.
4. f. Actividad y violenta agitación de las cosas inanimadas. La furia del viento, del mar.
5. f. Prisa, velocidad y vehemencia con que se ejecuta algo.
6. f. Momento de mayor intensidad de una moda o costumbre.
7. f. Mit. Cada una de las tres divinidades infernales en que se personificaban la venganza o los remordimientos.
a toda ~.
1. loc. adv. Con la mayor intensidad o vehemencia.

 Agesandro, Atenodoro y Polidoro, El Laocoonte y sus hijos, 50 d.C., Museos Vaticanos, Roma.

El grupo escultórico del Laocoonte podría aceptar con facilidad muchas de las definiciones de furia. Desde luego muestra una violenta agitación de una cosa inanimada, de gran intensidad, por lo álgido del momento trágico y doloroso. Sin duda es la fuente de inspiración declarada de muchos de los artistas presentes en la exposición, el exemplum doloris por excelencia que menciona Miguel Falomir,  y es por ello que una copia de la famosa obra ocupa el lugar central de la muestra, alrededor de la cuál orbitan el resto de piezas.

Entre las obras más destacadas me gustaría mencionar a Tiziano. Como a estas alturas habréis apreciado dada la cantidad de veces que lo menciono en este blog, es uno de mis artistas favoritos y no quiero dejar pasar la oportunidad para profundizar un poco más en su magnífica obra. Para la exhibición se han seleccionado los lienzos que perviven del encargo que María de Hungría, hermana de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, realizó a Tiziano en 1548. El trasfondo era simbolizar a los principes alemanes derrotados que se habían rebelado contra Carlos V. Mostraban a Ticio, Sísifo, Tántalo e Ixión, cuatro de los condenados a torturas eternas por sus ofensas a los dioses. De esas cuatro grandes obras solo Tício (en este caso una réplica tardía del propio Tiziano) y Sísifo, conservadas en el Prado, han llegado hasta nuestros días.

Maria de Hungría traslada el significado político que tradicionalmente se atribuía a los gigantes en las gigantomaquias, la rebelión de los gigantes contra los dioses, el caos contra el orden, un asunto usado por emperadores romanos como Augusto y por Carlos V como nuevo Júpiter.


Tiziano Vecellio, Ticio, 1565, óleo sobre lienzo, Museo Nacional del Prado.

La historia de Ticio habla de una sentencia a sufrir que un buitre devore perpetuamente su hígado por la violación de la diosa Latona. Lo curioso es que el veneciano cambia el buitre por un águila. Algunas fuentes aluden a la influencia de Miguel Ángel y su grabado el Castigo de Ticio, pero yo me inclino a pensar que más bien parece una metáfora de los acontecimientos que motivaron el encargo. En este caso sería un reflejo del emperador venciendo a sus enemigos, pues un año antes del encargo, en 1547, derrotó a los príncipes alemanes que se posicionaron en su contra. Además no olvidemos que el águila es el animal apotropáico por excelencia de la casa de los Austria.


Tiziano, Sísifo . Óleo sobre lienzo, 237 x 216 cm, 1548 - 1549, Madrid, Museo Nacional del Prado

Sísifo por su parte, fue condenado a cargar con una roca cuesta arriba para toda la eternidad por haber revelado a Asopo que Zeus había raptado a su hija Egina. Es considerado a veces como el verdadero padre de Ulises. Cuando se quiere menospreciar a Ulises y la nobleza de su liaje, se recurre a esa unión entre Sísifo y Anticlea y a la compra-adopción del niño por Laertes.

Es curioso cómo en España las Furias se conocieron como los cuatro moradores del Hades grecolatino: Ticio, Sísifo, Tántalo e Ixion. En realidad, en la mitología eran tres genios femeninos de terrible aspecto como personificaciones de la ira y la venganza. Se denominan Furias a los cuatro personajes anteriormente mencionados, porque las obras de Tiziano se situaron en las alcobas privadas de Felipe II, en la que se dió a conocer como Sala de las Furias. Esa denominación fue tomada por los historiadores y continuada hasta la actualidad.

Durante la Antigüedad su iconografía era muy pobre. La ausencia hace que la escultura clásica sea el referente fundamental, como, por ejemplo, el Galo Caido, el Torso Belvedere, y el fundamental y ya mencionado Laocoonte. Este último conjunto escultórico fue encontrao en Roma en 1506 y desde ese mismo momento se convirtió en un Exemplum Artis, al ser una obra de arte suprema, y en un Exemplum Doloris, al convertirse en el paradigma de la transmisión del dolor.

El asunto es una invención del Renacimiento, en concreto su nacimiento se fecha en el año 1548 en el encargo de María de Hungría a Tiziano. Aún así, existe algún precedente como una edición veneciana de las Metamorfosis de Ovidio de 1497.

Miguel Ángel Buonarroti, Ticio ,  Tiza, 33 x 19 cm, 1532, Londres, Royal Collection Trust / ©Her Majesty Queen Elizabeth II 2014


De los cuatro grandes condenados, el único con una cierta continuidad artística era Ticio, como muestra el dibujo que regaló Miguel Ángel a su amante Tommaso dei Cavalieri, a quien también entregó el dibujo perdido que representaba el rapto de Ganímedes. Se interpreta a Ticio como la indefensión del amor no correspondido y el rapto como la ascensión del alma liberada de sus ataduras pasionales. En el dorso del dibujo de Ticio definió su silueta, la giró 90 grados y la convirtió en un Cristo resucitado. Esto demuestra cómo determinadas formas van adquiriendo un significado distinto.

Gregorio Martínez (1547-1598), Prometeo encadenado, hacia 1590-1596, Óleo sobre lienzo, 173 x 223 cm, Museo Nacional del Prado.


El dibujo fue grabado en torno a 1540 por Nicolas Beatrizet, que imaginó un Hades poblado de ruinas clásicas, en concreto del Foro de Nerva. La obra del pintor vallisoletano Gregorio Martinez se inspiró en ese grabado. Se trata de un lienzo especialmente interesante por ser una de las pocas obras mitológicas del Renacimiento español además del ingenioso e imaginativo uso de una estampa frente al uso servil que hicieron muchos artistas del Renacimiento y Barroco español. En la obra de Martinez el ave ha perforado la piel, aflorando pequeñas gotas de sangre, que junto con el giro de la cabeza otorga un mayor dramatismo a la obra.

La intencionalidad política inicial del asunto de las Furias se fue diluyendo con el tiempo. El éxito inmediato de este tema en los Países Bajos se debe a que se enfatizan otros significados asociados con ellas: es un vehículo privilegiado para la representación de la dificultad formal y del estado de ánimo (en concreto del que mayor complejidad entraña, el dolor). Se trata de una demostración de la valía de artistas como Coxcie o Marteen van Heemskerck (ambos conocieron las obras de Tiziano) y que influyeron en el entorno de la academia de Haarlem donde transmitieron su idea de arte miguelangelesco de segunda mano. Los grabados de Goltzius sobre diseños de Cornelisz van Haarlem quizás son el grado máximo que alcanza este estilo de escorzos imposibles y anatomías hipertrofiadas.



Cornelisz van Haarlem, Ixión. Óleo sobre lienzo, 192 x 152 cm, 1588, Rotterdam, Museum Boijmans van Beuningen

El Ticio de Goltzius muestra el gusto por la Antigüedad y la mitología en los Países Bajos que el propio pintor se encargo de difundir. Influyó a artistas como Rubens, cuyo Prometeo sintetiza su gusto estético por Miguel Ángel, la escultura clásica, la pintura veneciana y el claroscuro, además de mostrarse como un pintor erudito al realizar un ejercicio de ecfrasis de la obras Historia de los amores de Leucipe y Clitofote en su Libro III. La iconografía de Prometeo y Ticio se confunde y sólo es distinguible por la presencia de la antorcha que Prometeo robó a los dioses. Eso le convierte en un benefactor de la humanidad frente a Ticio, que era un violador. También se diferencian en que el castigo de Prometeo se desarrolla al aire libre y no el el Hades como en el caso de Ticio.



José de Ribera, Ticio, 1632, Óleo sobre lienzo, 227 x 301 cm., Madrid, Museo Nacional del Prado

El asunto de las Furias regresa a Italia de la mano de los pintores holandeses en el siglo XVII. Durante ese siglo recorre Europa lo que se ha dado en llama la estética del horror. No es una estrategia para alentar la devoción religiosa o transmitir un mensaje, sino como fin en sí mismo. En Rivera, radicado en Nápoles, encuentra su máximo representante. Es el más importante pintor en el cultivo del tema de las Furias. Acentúa los aspectos más cruentos como las heridas o los gestos y sobretodo las estrategias visuales del primerísimo plano pictórico con un fondo negro. Son cuadros de gran formato que muestran enormes cuerpos en un equilibrio inestable. 

La última sección de la exposición se dedica a mostrar cómo el tema de las Furias se extiende por Italia desde Nápoles.  Es curiosa la obra de Salvator Rosa al marcar un punto de inflexión que roza el mal gusto y la falta de decoro con un despliegue de casquería adornado con chorretones de sangre que ejemplifica el agotamiento del tema a través del recurso a los excesos que intentar mantenerlo con vida.

Hacia 1700 el tema de las Furias prácticamente desaparece. Algún que otro ejemplo aislado como en el siglo XX, donde parece que Sísifo produce un interés como ejemplo del absurdo del héroe contemporáneo en la obra de Albert Camus. 

En definitiva es el único tema mitológico donde el norte de Europa es el que lleva la voz cantante frente a Italia. Las Furias interesan por igual a monarquías absolutas como a repúblicas, a protestantes y a católicos. Al observar las obras en torno al Laocoonte se establece un diálogo entre el original y la copia que ya hemos mencionado en anteriores entradas. La originalidad como conocimiento del pasado, que se asume y al que se le añade algo nuevo es un significado propio del XVI-XVII radicalmente distinto al actual.
 



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