miércoles, 19 de marzo de 2014

De viaje: Museo Vostell-Malpartida, Cáceres



Wolf Vostell (1932-1998) es un artista de origen alemán que ha participado en gran parte de los movimientos artísticos de la segunda mitad del siglo XX. Jose Antonio Agúndez, un discípulo intelectual del artista y gran historiador de su obra, describe su proceso de creación “como un gran sacerdote que da a todas sus acciones el más solemne de los rituales.[1]

Practicó la pintura, la escultura, el land art, experimentó con el video art y el happening y fue miembro activo del movimiento Fluxus. Entre sus aportaciones más destacadas a la técnica artística se encuentra su invención del Décollage, es un pionero del video art y de la performance.
 
En los 70, como elemento rompedor, utilizará el hormigón como elemento esencial de su creación. Son los años en los que entrará por primera vez en contacto con Malpartida y su magnífico entorno natural de los Barruecos. Poco a poco se iba configurando lo que Juan Antonio Ramírez sitúa dentro de la categoría de “santuario del artista”, un templo neodadá[2]. Una idea abiertamente expresada por el artista, cuyo su deseo era construir sobre unos restos y ruinas de arqueología rural un lugar con un templo dedicado a todas las religiones.[3] Además, como otros artistas y pensadores, pretendía levantar un monumento en su propia casa, combinando su espacio doméstico con su área de trabajo.

 Wolf Vostell, Berlín, 1990

Corría el año 1976 cuando Wolf Vostell, en Malpartida de Cáceres, un pueblo de apenas 4500 habitantes fundado en torno al siglo XIII, tras la Reconquista de  Cáceres, decidió fundar el Museo Vostell-Malpartida. El edificio del XVIII, en origen a lavadero de lanas, es el centro del museo, consistente en una fusión entre el arte de vanguardia y la naturaleza. Obras como “V.O.A.EX.” (Viaje de hormigón por la alta Extremadura) en 1976 y “El muerto que tiene sed” en 1978 fueron materializando este objetivo. La obra y personalidad del artista contribuyó en gran medida en la valorización que la sociedad hizo se este espacio singular donde se combina hoy día el interés científico, paisajístico y educativo, que desembocó en su protección como monumento natural atendiendo a la legislación de 1989[4]
 
La gestación del museo se remonta a unos cuantos años antes de su fundación en octubre de 1976, concretamente a 1974, cuando el artista entró en contacto con el paisaje natural de los Barruecos de la mano del artista extremeño Juan José Narbón . Inició la búsqueda de un edificio singular, dando con el Palacio Topete, que convertiría en su casa taller. En el año 1978 fue sede de la exposición “Convivencias”, con obras de artistas como Amat, Arranz Bravo, Bartolozzi, Boix, Canogar, Gordillo, Llimos, Miralda, etc.  En los años siguientes fueron adquiriendo otras dependencias, antiguas cuadras remodelando los patios y otras instalaciones con proyectos (algunos inacabados) del propio Vostell. 
 
Desde 1994 se contactó con la Junta de Extremadura para participar en el consorcio del museo, que se materializa con el Decreto 6/1997[5], que adquirió en el 2005 el Archivo Vostell (consistente en más de 25.000 documentos y una biblioteca de 6.000 volúmenes que recogen todos los géneros de la Historia del Arte, además de un extenso fondo fotográfico de la obra de Vostell) incorporándolo a las colecciones del museo.
 
El edifcio del lavandero, de grandes dimensiones y con magníficas bóvedas de ladrillo encaladas en su planta baja, contendría tres colecciones de arte contemporáneo: la colección Wolf y Mercedes Vostell, la colección Fluxus (donación Gino di Maggio) y la colección de Artistas Conceptuales.
 

La colección Wolf y Mercedes Vostell ofrece un recorrido por las etapas más significativas del propio Vostell. Divida en cinco áreas temáticas que tienen en común ser un compendio de la simbología fetichista contemporánea mediante elementos como el coche, la televisión o el hormigón que se convierten en creaciones como Fiebre del automóvil (1973), Fluxux Buick Piano y Desayuno de Leonardo da Vinci en Berlín de 1998. Junto a estas obras, las esculturas los Toros de Hormigón y los relieves de la serie Trashumancia, y cuadros de gran formato como El Entierro de la Sardina (1985), Las Chicas del Billar (1986), Mitos Berlín (1986-1987) y Estrella Seelenfreund (1994), junto con un abundante número de cuadros-objetos como Transmigración, que por primera vez incorpora un televisor.
 
Procedente de la donación del coleccionista, editor de la revista Alfa-Beta y comisario de exposiciones italiano Gino di Maggio, se configuró la denominada colección Fluxus. Se compone de unas 250 obras que fueron acciones e intervenciones Fluxus, cuadros-objetos, esculturas e incluso partituras que abarcan las décadas de los 50 y 60. Se trata de una síntesis de los movimientos Happening y Fluxus a lo largo de estos años y su deseo de renovación cultural hacia un nuevo ámbito interdisciplinar extensible a la vida cotidiana, cuyo fin último sería la transformación social.  
 
Por último, la colección de Artistas Contemporáneos es reflejo de la intensa actividad artística y cultural de Wolf Vostell, como las tres semanas de Arte Contemporáneo de Malpartida (SACOM), entre los años de 1977 y 1983, el Manifiesto del Lavadero de 1980 y el Día de Arte Contemporáneo de Malpartida (DACOM) en 1983.  Pretende permitir al visitante abrir su mente a un tipo de manifestación artística alejada de los academicismos o de la idea de obra cerrada, y cercana a una fusión entre el artista, la sociedad, la vida y la propia condición humana.

BIBLIOGRAFÍA
 
Garín Sanz de Bremond, Teresa. Diccionario de arte del siglo XX. Editorial Complutense, Madrid, 2001
Lozano Bartolozzi, María del Mar. Wolf Vostell. Editorial Nerea, Hondarribia (Guipúzcoa), 2000.
Ramírez, Juan Antonio. Escultecturas margivagantes. La arquitectura fantástica en España. Ediciones Siruela, Fundación Duques de Soria, Madrid, 2006.


[1]  Ramírez, Juan Antonio. Escultecturas margivagantes. La arquitectura fantástica en España. Ediciones Siruela, Fundación Duques de Soria, Madrid, 2006, p. 173.
[2] Ibidem., p171.
[3] Idem.
[4] Declarado Monumento Natural por el Decreto 29/1996 de 19 de febrero.
[5] El Decreto 6/1997, de 9 de enero, por el que se acuerda la participación de la Junta de Extremadura en el Consorcio “Museo Vostell-Malpartida” y se aprueban sus estatutos.

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