Wolf Vostell (1932-1998) es un artista de origen alemán que ha participado en gran parte de los movimientos artísticos de la segunda mitad del siglo XX. Jose Antonio Agúndez, un discípulo intelectual del artista y gran historiador de su obra, describe su proceso de creación “como un gran sacerdote que da a todas sus acciones el más solemne de los rituales.[1]
Practicó la pintura, la escultura, el
land art, experimentó con el video art y el happening y fue miembro activo del
movimiento Fluxus. Entre sus aportaciones más destacadas a la técnica artística
se encuentra su invención del Décollage, es un pionero del video art y de la
performance.
En los 70, como elemento rompedor,
utilizará el hormigón como elemento esencial de su creación. Son los años en
los que entrará por primera vez en contacto con Malpartida y su magnífico
entorno natural de los Barruecos. Poco a poco se iba configurando lo que Juan
Antonio Ramírez sitúa dentro de la categoría de “santuario del artista”, un
templo neodadá[2]. Una idea
abiertamente expresada por el artista, cuyo su deseo era construir sobre unos
restos y ruinas de arqueología rural un lugar con un templo dedicado a todas
las religiones.[3] Además, como
otros artistas y pensadores, pretendía levantar un monumento en su propia casa,
combinando su espacio doméstico con su área de trabajo.
Wolf Vostell, Berlín, 1990
Corría el año 1976 cuando Wolf Vostell,
en Malpartida de Cáceres, un pueblo de apenas 4500 habitantes fundado en torno
al siglo XIII, tras la Reconquista de
Cáceres, decidió fundar el Museo Vostell-Malpartida. El edificio del
XVIII, en origen a lavadero de lanas, es el centro del museo, consistente en
una fusión entre el arte de vanguardia y la naturaleza. Obras como “V.O.A.EX.”
(Viaje de hormigón por la alta Extremadura) en 1976 y “El muerto que tiene sed”
en 1978 fueron materializando este objetivo. La obra y personalidad del artista
contribuyó en gran medida en la valorización que la sociedad hizo se este
espacio singular donde se combina hoy día el interés científico, paisajístico y
educativo, que desembocó en su protección como monumento natural atendiendo a
la legislación de 1989[4].
La gestación del museo se remonta a
unos cuantos años antes de su fundación en octubre de 1976, concretamente a
1974, cuando el artista entró en contacto con el paisaje natural de los
Barruecos de la mano del artista extremeño Juan José Narbón . Inició la
búsqueda de un edificio singular, dando con el Palacio Topete, que convertiría
en su casa taller. En el año 1978 fue sede de la exposición “Convivencias”, con
obras de artistas como Amat, Arranz Bravo, Bartolozzi, Boix, Canogar, Gordillo,
Llimos, Miralda, etc. En los años
siguientes fueron adquiriendo otras dependencias, antiguas cuadras remodelando
los patios y otras instalaciones con proyectos (algunos inacabados) del propio
Vostell.
Desde 1994 se contactó con la Junta de
Extremadura para participar en el consorcio del museo, que se materializa con
el Decreto 6/1997[5], que
adquirió en el 2005 el Archivo Vostell (consistente en más de 25.000 documentos
y una biblioteca de 6.000 volúmenes que recogen todos los géneros de la
Historia del Arte, además de un extenso fondo fotográfico de la obra de
Vostell) incorporándolo a las colecciones del museo.
El edifcio del lavandero, de grandes
dimensiones y con magníficas bóvedas de ladrillo encaladas en su planta baja,
contendría tres colecciones de arte contemporáneo: la colección Wolf y Mercedes
Vostell, la colección Fluxus (donación Gino di Maggio) y la colección de
Artistas Conceptuales.
La colección Wolf y Mercedes Vostell ofrece un recorrido por las etapas más significativas del propio Vostell. Divida en cinco áreas temáticas que tienen en común ser un compendio de la simbología fetichista contemporánea mediante elementos como el coche, la televisión o el hormigón que se convierten en creaciones como Fiebre del automóvil (1973), Fluxux Buick Piano y Desayuno de Leonardo da Vinci en Berlín de 1998. Junto a estas obras, las esculturas los Toros de Hormigón y los relieves de la serie Trashumancia, y cuadros de gran formato como El Entierro de la Sardina (1985), Las Chicas del Billar (1986), Mitos Berlín (1986-1987) y Estrella Seelenfreund (1994), junto con un abundante número de cuadros-objetos como Transmigración, que por primera vez incorpora un televisor.
Procedente de la donación
del coleccionista, editor de la revista Alfa-Beta y comisario de exposiciones
italiano Gino di Maggio, se configuró la denominada colección Fluxus. Se
compone de unas 250 obras que fueron acciones e intervenciones Fluxus,
cuadros-objetos, esculturas e incluso partituras que abarcan las décadas de los
50 y 60. Se trata de una síntesis de los movimientos Happening y Fluxus a lo
largo de estos años y su deseo de renovación cultural hacia un nuevo ámbito
interdisciplinar extensible a la vida cotidiana, cuyo fin último sería la transformación
social.
Por último, la colección de
Artistas Contemporáneos es reflejo de la intensa actividad artística y cultural
de Wolf Vostell, como las tres semanas de Arte Contemporáneo de Malpartida
(SACOM), entre los años de 1977 y 1983, el Manifiesto del Lavadero de 1980 y el
Día de Arte Contemporáneo de Malpartida (DACOM) en 1983. Pretende permitir al visitante abrir su
mente a un tipo de manifestación artística alejada de los academicismos o de la
idea de obra cerrada, y cercana a una fusión entre el artista, la sociedad, la
vida y la propia condición humana.
BIBLIOGRAFÍA
Garín Sanz de Bremond, Teresa. Diccionario de arte del siglo XX.
Editorial Complutense, Madrid, 2001
Lozano Bartolozzi, María del Mar. Wolf Vostell. Editorial Nerea,
Hondarribia (Guipúzcoa), 2000.
Ramírez, Juan Antonio. Escultecturas margivagantes. La
arquitectura fantástica en España. Ediciones Siruela, Fundación Duques de
Soria, Madrid, 2006.
[1] Ramírez, Juan Antonio. Escultecturas margivagantes. La
arquitectura fantástica en España. Ediciones Siruela, Fundación Duques de
Soria, Madrid, 2006, p. 173.
[2] Ibidem., p171.
[3]
Idem.
[5]
El Decreto 6/1997, de 9 de enero, por el que se acuerda la participación de la
Junta de Extremadura en el Consorcio “Museo Vostell-Malpartida” y se aprueban
sus estatutos.
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