domingo, 29 de diciembre de 2013

Michiel Coxcie. El Rafael flamenco

Michiel Coxcie, Triptico Morillon, finales siglo XVI, óleo sobre tabla, Museum Leuven, Bélgica.

El profesor de la Universidad de Gante y doctor en historia del arte Koenraad Jonckheere presentó en el Museo del Prado, de la mano de la Oficina de Turismo de Flandes, la exposición monográfica de Michiel Coxcie en el Museum Leuven, en la ciudad belga del mismo nombre. Creo que es una excusa perfecta para introducir a uno de los artistas fundamentales que permiten comprender la complejidad del arte flamenco del siglo XVI.


Michiel Coxcie (Malinas, Bélgica 1499-1592) es un pintor poco conocido en los Países Bajos, no como Brueghel u otros. Coxcie fue de los primeros artistas flamencos en viajar a Italia para impregnarse del Renacimiento y Manierismo del sur. El sobrenombre con el que se le conoce "el Rafael flamenco", muestra lo mucho que sus contemporáneos valoraban su talento al situarle a la altura de uno de los más grandes maestros de todos los tiempos.

Sus primeros años de formación los pasó en el taller de Bernard van Orley en Bruselas. Pero Coxcie no se conformaba con aprender los modos de su maestro. Como cualquier pintor ambicioso deseaba adquirir un estilo propio, es por ello que decidió viajar a Roma. 

En su estancia de siete años en Italia, durante los años 30 del siglo XVI, se codeó con algunos de los más reconocidos artistas que trabajaban en la ciudad y consiguió hacerse con la realización de importantes encargos. Pronto se convirtió en un pintor destacado gracias a su labor en la antigua Iglesia de San Pedro en Roma, donde realizó importantes pinturas al fresco. Sebastiano del Piombo (que le encargo terminar alguna de sus obras), Miguel Ángel (de quien Coxcie aprendió todo un repertorio formal) y Vasari (que menciona su serie de 32 grabados con asuntos de la Antigüedad clásica) dejaron constancia de su admiración de una u otra manera por el pintor flamenco.

(izq.) Michiel Coxcie, El pecado original, 1550, óleo sobre tabla, Kunhistorischesmuseum, Viena.
 Michiel Coxcie, David y Goliath, 1540, óleo sobre lienzo, Patrimonio Nacional, Monasterio de El Escorial, Madrid.

Uno de los mejores ejemplos de lo que pudo aprender en Italia es su obra David y Goliath, conservada en el Monasterio de El Escorial, propiedad de Patrimonio Nacional y pintada en 1540. En aquellos años Coxcie estaba de vuelta en su tierra natal, su estilo resultaba novedoso en Flandes, pues combina la tradición de la pintura del norte con lo italiano y una notable influencia formal y compositiva de la Antigüedad. En la obra de El Escorial apreciamos esa combinación única y singular del manierismo miguelangelesco, de un colorido a la veneciana donde se reconoce a Coreggio o Tiziano y la inspiración formal en la estatuaria clásica, en este caso en el Laocoonte. Lo neerlandés aparece en el paisaje, propio de su tierra natal y en el gusto por el detallismo de la obra.

Eran años duros y tumultuosos en tierras flamencas. Las luchas político-religiosas y de poder entre católicos y protestantes impregnaban todos los aspectos de la vida cotidiana. Él tomo partido decididamente por los católicos, recibiendo por ello numerosos encargos para el ornato de  importantes  obras públicas civiles  y religiosas. De esa manera  el  gran público pudo apreciar ese  nuevo estilo que tanto se diferenciaba  de los pintores  que  hasta  entonces se encontraban trabajando en Flandes.

Michiel Coxcie, Autorretrato como San Jorge, 1575, óleo sobre lienzo, Museum Leuven, Bélgica.
En su autorretrato de 1575 se pinta emulando a San Jorge, como un general de los Habsburgo, de manera  similar al Duque de Alba, que por aquellos años se encontraba luchando contra la herejía en los Países Bajos.

Pocos pintores fueron tan respetados en su tiempo como Coxcie, es más, hasta bien entrado el siglo XVII diversos artistas reprodujeron su obra que llegó a inspirar al propio Rubens. La casa de los Austria consideraba a Coxcie como uno de los grandes artistas de su tiempo. Fue uno de los pintores predilectos de Carlos V así como también lo sería de su hijo Felipe II. Consideraban que su pintura estaba al nivel de otros reconocidos artistas italianos como Tiziano, con quien compartía el ornato de espacios áulicos. Incluso Felipe II le encargó la realización de copias de algunas obras como El descendimiento de Roger va der Weyden o de El Políptico de Gante de los hermanos Van Eyck. 

Me gustaría aclarar que el hecho de copiar  una  obra de otro artista no era un desprestigio para un pintor. Esa consideración de la copia como algo menor que hoy día manejamos es una herencia del XIX. Tanto para reyes como para pintores, el encargo de una reproducción llevaba implícito la "mejora" a  través del ingenio y las aportaciones del pintor "copista". Así lo demostraron Coxcie que reprodujo las famosas obras de los flamencos anteriormente mencionados, Rubens, que copio a Tiziano, o Velázquez, que introdujo a Rubens en Las Hilanderas

A finales del siglo XVII y XVIII su prestigio fue decayendo. Habrá que esperar hasta el siglo XX para que los historiadores y el mundo académico volvieran a fijarse en una de las figuras fundamentales para entender la pintura flamenca del siglo XVI.

Cartel anunciador de la Exposición Michiel Coxcie. El Rafael flamenco. Museo Leuven, Leuven, Holanda. Del 31 de ocubre de 201 al 23 de febrero de 2014. La obra que ilustra el cartel es San Juan Bautista conservado en la National Gallery de Londres.

Para todos aquellos que tengáis la oportunidad de visitar Flandes, no dejéis pasar la ocasión de acudir a la exposición que se celebra en el Museum Leuven, en la hermosa localidad del mismo nombre, dedicada a Michiel Coxcie, El Rafael flamenco. Se trata de la primera muestra monográfica que homenajea el polifacético talento de Coxcie reflejado el su impresionante legado: cuadros, monumentales vidrieras, series de grabados y cartones para tapices. Desde el 31 de octubre de 2013 hasta el 23 de febrero de 2014 podréis deleitaros con esta gran exposición.

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