Rembrandt, Rembrandt dibujando
junto a una ventana, 1648, 160 x 130 mm, Biblioteca Nacional de España.
El nuevo Museo de maestros
flamencos y holandeses Carlos de Amberes, inaugura su programa de exposiciones
temporales con una selecta muestra de once grabados de Rembrandt. Hasta el próximo
2 de febrero de 2015, podremos deleitarnos con las piezas procedentes de la
Fundación Custodia de París y la Biblioteca Nacional de España.
La mayoría de los grabados son aguafuertes.
Técnica indirecta de grabado en hueco que, resumiendo el proceso, consiste en
dibujar en una capa de cera (o barniz) aplicada en una plancha de cobre;
posteriormente se somete la plancha a la acción del ácido nítrico aguado, que
actúa sobre el dibujo (el resto se encuentra protegido por el barniz o la cera);
por último, se retira el barniz o cera, se aplica tinta, que se introduce en
los surcos, se retira el sobrante y se puede proceder a estampar la plancha en
un papel humedecido que absorbe la tinta.
Rembrandt, Hombre desnudo sentado
en el suelo, 1646, 97 x 168 mm, Biblioteca Nacional de España.
La piezas de esta muestra se sitúan
entre 1640 y 1660, época en la que el maestro holandés parecía más centrado en
el dibujo y el grabado que en la pintura, abarcando la práctica totalidad de géneros.
En verdad, su labor como grabador fue enorme, llegando a realizar casi 400
obras; su autoría sigue siendo discutida, pues como apunta el historiador
Francisco Esteve Botey, el gremio de San Lucas no permitía a los discípulos
firmar las obras de los talleres de sus maestros, que eran los autores legales de
las mismas[1].
La colección de grabados
flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII que atesora la Biblioteca
Nacional de España es de una notable importancia, al igual que los más de 7.000
dibujos y 30.000 grabados de la parisina Fundación custodia. El asunto del
desnudo, que es el leitmotiv de la
muestra, era habitual en los talleres holandeses, como el de Rembrandt, donde,
según el panfleto informativo que acompaña esta exhibición, cumplían una función
didáctica para que los alumnos y aprendices del taller realizasen sus
ejercicios. En otros casos, como en el de Júpiter
y Antíope, el desnudo es un fin en sí mismo, para el deleite de los
sentidos, el disfrute de artista y espectador.
Rembrandt, Mujer desnuda sentada
en un montículo, 1631, 179 x 162 mm, Fundación Custodia-Collection Frits
Lugt, París.
La exposición, realmente, no es
que sea especialmente fascinante. Es más, quien espere algo parecido a la retrospectiva
que hizo el Prado de los últimos años del maestro o a la muestra de grabados de
la Biblioteca Nacional, quedará francamente decepcionado. Lo importante es
apoyar a un nuevo museo que se incorpora al catálogo cultural madrileño y, por
qué no decirlo, disfrutar del placer del esplendor del arte holandés.
[1] ESTEVE BOTEY, Francisco. Grabado: buril, aguafuerte, aguatinta, etc.
Editorial Maxtor, Valladolid, 2003. p.42
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