Salamanca es una de las ciudades más hermosas de Castilla, conocida por ser la sede de la primera universidad española (una de las más antigüas del mundo) y una de las ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (desde 1988). Acoge monumentos tan emblemáticos como la Plaza Mayor, la fachada de la mencionada Universidad, el Cielo de Salamanca o sus dos catedrales. Pero otro de los grandes tesoros de la ciudad son los palacios renacentistas que surgieron en el siglo XVI fruto del auge económico y social que experimentó la urbe. A continuación, pasaremos a nombrar algunos de los más destacables:
Palacio de la Salina. El curioso nombre de este palacio, actual
sede de la diputación provincial de Salamanca, deriva de su utilización como
almacén de sal. Su origen se remonta al siglo XVI, cuando don Rodrigo de Messia
Carrillo decidió realizar un esplendido palacio de fachada italianizante en la
que destaca el escudo de los Fonseca y los medallones dedicados a Cleopatra y
Marco Antonio. Imprescindible su patio interior, donde se continúa con los
medallones decorativos y el estilo renacentista.
Casa de las Muertes. Como en el caso anterior, nos encontramos con
un edificio civil de curioso nombre, aunque en esta ocasión con una historia
que se mezcla con una macabro asesinato. Las 4 calaveras que aparecen en las
jambas de la fachada se asocian con el asesinato de 4 moradores del palacio a
comienzos del siglo XIX.
El diseño es obra de Juan de Álava, claro referente del plateresco,
estilo en el que se combinan elementos góticos, mudéjares, lombardos y
renacentistas toscanos que encontró su apogeo durante el reinado del emperador
Carlos V. Fue Alfonso de Fonseca quien en 1500 ordena la construcción de este
palacio (aparece una inscripción que conmemora este hecho: Severísimo Fonseca Patriarcha
Alexandrino).
Casa de las Conchas. Obra realizada a comienzos del siglo XVI, es la
construcción civil más conocida de Salamanca. En el siglo XIX fue prisión de la
Universidad y adquirida en el XX por el ayuntamiento de la ciudad para albergar
una biblioteca y sala de exposiciones.
Nuevamente nos encontramos con el plateresco, en este caso con una
inventiva decorativa destacable, pues la fachada está repleta de conchas en
referencia al símbolo por excelencia de la Orden de Santiago (es uno de los
atributos más conocidos del apóstol), de la que era miembro el residente de la
casa: el doctor Talavera Maldonado. La organización de los espacios interiores
es en torno a un patio central, en clara alusión a la arquitectura del
Quattrocento florentino.
Casa de los Álvarez Abarca (Casa
de los Doctores de la Reina). Como
su nombre indica, es la casa del médico de los Reyes Católicos, don Fernán Álvarez
Abarca, construida en el siglo XVI y sede actual del Museo de Salamanca.
Palacio de Monterrey. Es Rodrigo Gil de Hontañón el encargado de
realizar la gran obra para don Alonso de Acevedo y Zúñiga, tercer conde de
Monterrey. Nuevamente aparece el estilo plateresco, en este caso conviviendo
con soluciones propiamente manieristas. Era un magno proyecto del que apenas se
conserva una cuarta parte; destaca la fachada de tres plantas, en especial la
galería a modo de logia renacentista de la última, con complejos ornamentos con
presencia de motivos vegetales y animales fantásticos, siguen diseños de fray
Martín de Santiago, y sostienen los escudos de armas de algunas de las más
conocidas familias salmantinas: los Fonseca, los Zúñiga, los Acevedo, Sotomayor
y Ulloa.
Palacio de Figueroa. Es la sede del Casino de Salamanca, obra de
mediados del siglo XVI y construido por Rodrigo Gil de Hontañón por deseo de
don Juan Rodrigues de Figueroa.
Palacio de Maldonado. Para terminar, otro de los palacios salmantinos
representativos del estilo plateresco que domina en la ciudad. Obra de Juan de Álava
bajo el patronazgo de don Diego de Maldonado de Rivas (camarero del Arzobispo Fonseca).
Es la sede del Centro de Estudios Brasileños de la Universidad de Salamanca
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